El lago de Luis Graner

Poco podía esperar Luis Graner, uno de los pintores catalanes más premiados de su tiempo, que su nombre aparecería un día en las paginas de sucesos de The New York Times. Fue el 9 de Agosto de 1911 cuando publicaba “Un chico salva a tres personas en el lago”. Los hechos sucedieron el día anterior en Asbury Park (antes que Bruce Springsteen lo pusiese en el mapa) cuando Henry Crossman, un muchacho de once años, se convirtió en héroe por accidente al salvar al pintor, su secretario Charles Vasseur y su modelo Kitty Morrissey. En el momento en el que Graner quería cambiar de asiento la embarcación se volcó y ninguno de los tripulantes sabían nadar. El secretario y la modelo pudieron agarrarse pero Graner que estaba a punto de ahogarse tuvo la suerte de que se le apareciera el chico que arrastró la embarcación hasta conseguir llevarlos hasta la orilla. Una vez allí y viéndose a salvo, Graner quiso agradecer el rescate dándole treinta dólares mojados, todo lo que llevaba en el bolsillo. Crossman lo rechazó en un principio pero ante la insistencia aceptó.

Meses antes, el 11 de noviembre de 1910, Graner y Vasseur llegaron al puerto de Nueva York desde Barcelona. El pintor tenia 45 años y su secretario 23. Como tantos artistas europeos, desembarcaban en América en busca de un sueño.. Graner triunfaba con sus pinturas de interiores con luces naranjas y con los retratos descriptivos de viejos ebrios y sonrientes. Llegaba a Nueva York con el recuerdo aún próximo de su casa-taller proyectada por Gaudí (hoy desparecida), con quien había colaborado en la Sala Mercè de la Rambla y de su fracaso como promotor de cine para el Teatro Principal de Barcelona. Aunque se arruinó y tuvo que dedicarse al retrato, Graner trasladó los brillos del cinematografo a los reflejos acuáticos de su pintura. En la ciudad de los rascacielos Graner alquiló un taller en Broadway y expuso con Edward Brandus Gallery

Este cuadro fue pintado hacía 1911 y muestra un lago de su etapa americana. No sabemos si fue el mismo en el que casi perdió la vida o si lo pintó antes o después del accidente pero si sabemos que pasó el resto de sus días de forma precaria, lejos de casa, sobreviviendo gracias al dinero que le mandaban sus amigos de Barcelona y que sólo apareció en las paginas de The New York Times por cuestiones ajenas a su pintura.

 

Artur Ramon Navarro