Dominica Sánchez
(Barcelona, 1945)
Dominica Sánchez lleva una larga carrera expositiva, que la hace más conocida en Paris y en los Estados Unidos que en su país. Ha dedicado muchos años al dibujo, generalmente sobre papel monocromático de grande formato, trabajando con el carbón negro opaco y óxidos brillantes. Las circunferencias, las líneas discontinuas y las formas geométricas trazadas con lápiz, a veces manchadas con pigmentos, representan su visión personal de un mundo natural. Ella misma afirma que podrían ser el resultado de los gestos de las tareas domésticas: limpiando una ventana, colocando una mesa…
Maria Lluïsa Borràs describe su pintura como la expresión de un “paisatge interior (…), una pintura que describe las emociones, las sensaciones, el estado de ánimo del pintor sin recorrer a la realidad y que, lejos de reproducir aquello que ven los ojos, se basa exclusivamente en elementos propiamente pictóricos, con la forma y la línea, la estructura y el color”. A través del dibujo la artista descubrió las posibilidades de la tercera dimensión. Por las esculturas elije materiales como el cartón, el hierro y el bronce, que recorta y dobla hasta que le satisface el efecto final, que a veces recuerda la obra de Oteiza, Nicholson o González. También sus formas tridimensionales se refieren al mundo cotidiano. Sin embargo, sus esculturas han heredado de la tradición constructivista y se muestran de una abstracción austera y elegante.
