Cimabue contra Botticelli

LA VANGUARDIA, 17/11/2019

Entre las cumbres del arte italiano destacan, entre tantos nombres, los de Cimabue y Botticelli, que han acaparado la reciente atención mediática. Aunque están separados por dos siglos ambos revolucionaron la pintura: Cimabue es el último de los bizantinos, un pintor aún gótico (qué estulticia de la prensa la de tildarlo de renacentista), el mentor de Giotto, el embrión de la pintura moderna. Mientras Botticelli cristaliza los ideales del Renacimiento puro, florentino y neoplatónico, la suprema belleza clásica. Dos de sus obras los han puesto en el punto de mira de la actualidad. La historia es conocida. En la cocina de una nonagenaria de Compiègne, al norte de París, los empleados de una casa de subastas descubrieron el último Cimabue perdido: una tabla de un palmo cuadrado que representa a Cristo burlado con los colores chupados sobre un fondo de oro. Fue subastada el domingo 27 de octubre por 24 millones de euros, el primitivo italiano más caro jamás vendido. Aunque fue adquirido por la colección Alana –una parte de la cual se puede visitar ahora en el museo Jacquemart-André–, tendrán que esperar dos años antes de llevarse la obra a casa. El Cimabue fue vendido sin permiso de exportación y el Estado francés debe decidir si lo concede o lo declara trésor national en cuyo caso tiene dos años para conseguir los 24 millones y adquirirlo (su destino lógico sería el Louvre) o dejarlo exportar.

Entre tanto, ha sido noticia la exposición en el mes de octubre en la feria Frieze Masters de Londres del retrato de Michele Marullo Tarcaniota, de Botticelli, perteneciente a la colección Cambó, obra que el Estado declaró BIC (Bien de Interés Cultural), inexportable. Su precio en la feria era de 27 millones de euros y al no poder salir de España no encontró comprador. Ahora los propietarios, si no encuentran un improbable comprador internacional con residencia en nuestro país, no tienen otra salida que vender el cuadro en España. Su único casi destino es el Estado (el Prado, aunque bien podrían prestarlo al MNAC) y este lo sabe bien: controla la situación, no tiene prisa y buscará una oportunidad a la baja.

¿Son comparables las dos obras de Cimabue y Botticelli?. Sí, pertenecen a dos grandes maestros italianos de los que es muy difícil que aparezcan obras en venta, se conservan en países que no son Italia, proceden de particulares, están valoradas en precios muy parejos, y son inexportables (entiendo que el Cimabue lo será). ¿Qué las diferencia? Las medidas, el estado de conservación (mejor el del Cimabue) pero, por encima de todo, en cómo los estados gestionan el equilibrio entre la salvaguarda del patrimonio y la libre circulación del mercado. Ambos países son proteccionistas y tienen la ley a su favor para detener cualquier expolio, pero la gran diferencia está en que en Francia el arte es cultura y en España es lujo. Nuestro país vecino declara la obra tesoro nacional y tiene dos años para buscar el dinero y pagar el mismo precio que alcanzó en una venta pública y, si no lo consigue, la deja salir: es justo. Mientras que en España se declara la obra inexportable y como no se puede vender fuera del país o no se hace nada (la obra como rehén) o se negocia a la baja (la injusta devaluación de su precio al reducir su demanda). La legalidad significa que un acto es conforme a la ley, mientras la ética se ocupa de la corrección en la conducta. La acción es legal pero deberíamos reflexionar si la conducta es ética. Lo más sensato sería homologar nuestra legislación patrimonial a la de nuestros vecinos.

 

Artur Ramon

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