Un impulso internacional para el modernismo español

Sala Parés, Artur Ramón Art y Colnaghi se alían para exponer pintura catalana del cambio de siglo

Dos de las galerías catalanas de trayectoria más extensa (la Sala Parés y Artur Ramón) han estrechado lazos con Colnaghi, con sedes en Londres y Nueva York, para divulgar fuera de nuestro país la pintura catalana y española de fines del siglo XIX y principios del XX vinculada al noucentisme y al modernismo, hasta cierto punto bien conocida entre el público local pero mucho menos fuera de nuestras fronteras, a diferencia de la pintura francesa o alemana de esta misma etapa (ha despertado, sin embargo, creciente interés en muestras que le han brindado el Metropolitan Museum of Art de Nueva York, el Cleveland Museum of Art o el Van Gogh Museum de Ámsterdam).

Como fruto de esta colaboración, Colnaghi abrirá el próximo 17 de marzo en su sede londinense la muestra “Spanish Modern Landscapes”, compuesta por una veintena de paisajes de trece autores: Ramón Martí Alsina, Hermenegildo Anglada Camarasa, Francisco Gimeno Arasa, Laureano Barrau, Mariano Bertuchi, Eliseo Meifren, Joaquín Mir, Francisco Pradilla Ortiz, Nicolau Raurich, Santiago Rusiñol, Josep Maria Tamburini Dalmau y Modest Urgell, asociados al realismo, el impresionismo o el simbolismo.

Esta exhibición se plantea como continuación de otra que se presentó en esta misma sala británica el pasado verano, “The Golden Age of Spanish Modern Art”, y ambas forman parte de un proyecto específico puesto en marcha por estos tres espacios con el fin de dar a conocer entre un público internacional los grandes nombres de nuestra pintura en ese periodo; según Jorge Coll, director general de la Galería Colnaghi, la colaboración entre Parés, Artur Ramón Art y su propio espacio ha posibilitado llegar a obras de la mayor calidad; muchos de los paisajes que se presentan en la exposición forman parte del momento álgido de cada artista. En un momento en el que muchos de nosotros estamos atrapados en nuestro interior, estas pinturas de paisajes ofrecen una escapada a la belleza de otro mundo, el de la España de finales del siglo XIX. Esperamos que esta exposición sea la consolidación del éxito de “The Golden Age of Spanish Modern Art” del año pasado, llevando a estos modernistas españoles a un mayor reconocimiento y apreciación del público en todo el mundo.

Los trece autores representados tienen en común la consolidación de sus trayectorias en Barcelona y su atracción por París; entre las piezas expuestas podemos destacar cuatro: Fangal, de Nicolau Raurich; Jardín de Valencia, de Santiago Rusiñol; Cueva de Mallorca, Sa Calobra, de Joaquín Mir y Cementerio e iglesia, de Modest Urgell.

Nicolau Raurich. Fangal, 1897

Fangal pertenece a una serie de paisajes sobre los pantanos de las afueras de Roma que Raurich llevó a cabo entre 1896 y 1897; este en concreto lo presentó en la IV Exposición de Bellas Artes e Industrias Artísticas de Barcelona en 1898 y allí obtuvo la Medalla de tercera clase. Se trata de un lienzo de gran formato en el que el artista captó la atmósfera enigmática de esas lagunas, la frialdad y quietud que sugiere el agua sobre la que se proyectan los reflejos de los árboles. En las plantas dispuso Raurich capas pictóricas más gruesas, al servicio de un realismo más acentuado, dentro de una composición de carácter romántico.

Jardín de Valencia, por su parte, formó parte de una individual que Rusiñol presentó, en 1912, en la propia Sala Parés barcelonesa; también en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Madrid de ese mismo año, donde recibió una medalla de primera clase. Se trata de uno de sus jardines más logrados (y, en su época, difundidos) y refleja el jardín de Monforte de Valencia; Rusiñol eligió centrarse en la representación de la pareja de amantes Dafnis y Cloe. Se repiten métodos compositivos habituales en sus jardines abandonados: vemos una estructura construida por dos líneas oblicuas que delimitan los setos del jardín, en cuya confluencia se erige el monumento. El conjunto se centra mediante un cruce de caminos donde emerge la fuente con las esculturas; los setos remarcan la perspectiva y son bañados por una luz rara, onírica. Los matices variados de verdes trabajados con delicadas pinceladas verticales acentúan la quietud de este paisaje. Podemos apreciar influencias de Degas o Whistler.

Santiago Rusiñol. Jardín de Valencia, 1912

Joaquín Mir, a diferencia del resto de los autores de la muestra, no salió de España. Cueva de Mallorca, Sa Calobra es una de las pinturas que dedicó al torrente de Pareis, al norte de esa isla, cuando buscaba consolidar su lenguaje personal, basado en la naturaleza y en el manejo de la luz y el color con fines expresivos: los tonos que aquí eligió se acercan al fauvismo por su vivacidad. También parecen aproximarse a la abstracción los elementos del paisaje trabajados de manera sintética y solo sugeridos: no hay figuras ni cielo, nada que no sea la cueva y las sensaciones que esta genera.

Joaquín Mir. Cueva de Mallorca, Sa Calobra, 1903

Por último, en Cementerio e iglesia Urgell mostró su deuda respecto a Millet, Courbet y su visión de la vida rural. Dalí admiró la obra de esta artista; de hecho, adquirió alguna de sus pinturas a Artur Ramón Art.

La muestra se acompañará de un catálogo, una visita guiada en realidad virtual y un espacio de consulta online de todas las piezas.

Modest Urgell. Cementerio e iglesia, 1880

 

 

“Spanish Modern Landscapes”

COLNAGHI

26 Bury Street

Londres

Del 17 de marzo al 21 de mayo de 2021