Ver y saber

Cultura|s La Vanguardia
Sábado,24 agosto 2019
Como el mandril, el connoisseur es una especie en peligro de extinción. Me refiero al connoisseur de arte, es decir, a alguien con cultura visual para descifrar el trasfondo que encierra una obra antigua, incluso capaz de identificar a su autor. Bernard Berenson pertenece a esta tradición cuyo legado se ha ido diluyendo en la modernidad. Pocos libros como Ver y saber condensan mejor el debate en la interpretación de la mirada, obra de Bernard Berenson que ahora nos ofrece la editorial Elba, con introducción de Francisco Calvo Serraller y traducción de Jordi Ainaud.
En 1948 y con 83 años, el historiador del arte de origen lituano, formado en Boston y afincado en Italia, persigue aún “la tenue luz de la razón que nos devolverá el compromiso entre ver y saber”. Explora la dialéctica entre ver y saber que marca el devenir en la manera de enseñar el arte; donde el orden de los verbos es esencial porque el connoisseur primero ve y luego lee, a diferencia del scholar que siempre lee y casi nunca ve. Está demostrado que hoy el visitante pasa más tiempo leyendo las cartelas o haciéndose selfies que mirando los cuadros en los museos, y en nuestras universidades ya hace tiempo que se cuenta una historia sin obras de arte: el triunfo del académico sobre el conocedor. Para Berenson, la categoría arte abstracto es un oxímoron y lo escribe justo cuando Pollock comenzaba el action painting. ¿Qué pensaría hoy Berenson? Ver y saber es un manifiesto radical imprescindible en el mundo de hoy –analfabetismo visual e industria del arte–, obra de obligada lectura.
Artur Ramon